Implosión… justo al
verme pasear a Max
al ladito de “nuestro” hostal,
ibas de la mano de un tipo normal
(imploras un seísmo repentino y fugaz
sabías que era yo, es un cà de bestiar)

¿Temor a que fuera directo y veraz?
Algo así, en plan…
besarte, en su cara,
– Nena, hola ¿qué tal?
por eso gritaste, inaudible y sin mirar:
“no me digas nada, ten piedad”

Que llegue a conocerte, tal cual,
que descubra al lado de quien está,
¿A ver por qué se lo voy a ahorrar
si él, al final,
ni me viene ni me va?

¿En esto consiste la libertad?
¿el poder de optar?
¿por qué tendría que hacer el mal
o reaccionar en modo irracional?
Prefiero ser auténtico y cabal

Nos cruzamos, sin más…
sólo alcanzo a escuchar
tus gemidos, su eco, dos noches atrás,
sin rastro ya del aura delestial.

Cíclica y distraída de moral,
eres un perfecto mal temporal,
siempre (fuiste y) serás
Tormenta Otoñal.

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