Las leyes no tienen por qué ser justas. Muchas de las grandes atrocidades de la humanidad han sido legitimadas, válgame la redundancia, por las propias leyes estatales; creadas por gobiernos tanto totalitarios como supuestamente democráticos. Por ejemplo, la discriminación nazi hacia los judíos, hacia otras minorías étnicas u otros grupos ideológicos diferentes a los del régimen, era legal. Los campos de concentración eran legales. La creación de guetos era legal. El apartheid racista de Sudáfrica era legal. Las purgas, las detenciones aleatorias, las ejecuciones de los disidentes o su internamiento en campos de concentración, eran legales en la URSS. La discriminación racial en EEUU también era legal; así como la esclavitud. Sigamos: La discriminación de la mujer en muchos países es legal (aquí lo fue hace algunas décadas). La pena de muerte o la pena de cárcel a homosexuales y lesbianas en muchos países es legal. Así podríamos mencionar muchos ejemplos de aberraciones que son legales hasta llegar a los desahucios, que, como todo lo anterior, también son legales pero no justos; además de poco humanos.

Un banco tiene derecho a recuperar su dinero que ha prestado -muchas veces en dudosas condiciones aunque bien vistas por el propio estado- pero lo injusto es usar leyes, y que los bancos se valgan de estas, para desahuciar a la persona sin importarle la circunstancia, revender el piso y que la persona deba continuar pagándolo. Esto es una aberración, pero es legal porque desde el propio gobierno del PP y la oposición del PSOE,  le dan luz verde mientras otorgan luz roja a la ILP para la dación en pago, haciendo del artículo 47 de la constitución española, la cual siempre sacan a la palestra con orgullo cuando les conviene, mero papel mojado:

«Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.»

Luego se sorprenden que irrumpan en la farra política española partidos como Podemos. ¿Quien es el encargado de hacer valer el artículo 47 de la constitución española cuando en España se ha hecho justo lo contrario de lo que expone?

Los ejecutores de estas condenas, muchas veces, ni siquiera están a favor de éstas, aunque las llevan a cabo porque es su trabajo. Porque “sólo cumplen órdenes”. Porque es lo correcto. Los nazis también sólo cumplían órdenes. Los militares sólo cumplen órdenes. Los jueces sólo hacen valer las leyes. La policía que desahucia sólo cumple órdenes. Los bomberos que desahucian sólo cumplen órdenes porque ese también es  su trabajo. Porque en una sociedad alguien ha de hacer valer la ley, por muy injusta y poco humana que sea. Los antidisturbios sólo apalean a manifestantes al tuntún porque sólo cumplen órdenes, muchas veces sin darse cuenta de que se han convertido, aún más, en la guardia pretoriana, en brazo ejecutor y represivo, verdugos y dóciles, meros mercenarios, de aquellos que sólo los usan para salvaguardar sus propios intereses.

Pero siempre ha habido personas que desobedecen, algunos hombres buenos que no quieren ser utilizados por la oligarquía para hacer valer sus leyes, las que siempre les beneficiarán a ellos y perjudicarán cruelmente a los débiles y desprotegidos.  Esas leyes injustas que parece no quieren cambiar, utilizando herramientas estatales como las fuerzas del orden, de salvamento o de justicia, en monopolio y para su propio beneficio. Personas como el bombero Roberto, que se negó a desahuciar a Aurelia, una anciana de 85 años; y declaró: «Yo rescato a personas, no bancos»

¿Quién desahuciaría a una anciana de 85 años? ¿Quién desahuciaría a una familia con hijos pequeños, delante de las criaturas? ¿Quién desahuciaría a una pareja de pensionistas españoles cobrando la miseria que cobran después de toda su vida partiéndose el lomo? ¿Quién es capaz de esto? Muy fácil: Aquellos que sólo reciben órdenes, los banqueros con el beneplácito de los políticos y los psicópatas.

Ante ellos sólo queda la desobediencia.

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