Quieres que tu novia sea feliz contigo, no quieres que lo sea con otra persona, te entristece que sea feliz con otra persona. Si estás muy pirado incluso le harás la vida imposible para que no sea feliz con la otra persona y eso no es amor real, eso es cómo funciona la política. Así es como funciona el PP.
El PP no quiere a España. Nunca la ha querido. Ni estos, ni sus padres, ni sus abuelos cuando lobotomizaron a la sociedad durante más de 40 años y partieron las rodillas a los que osasen ponerse en pie. Han secuestrado a España de la forma más ruin posible y sí, España está secuestrada por un gobierno mentiroso, estafador, timador, corrupto, retrógrado (querían implantar la misma ley del aborto que Arabia Saudí o Yemen), que se ha hecho con el poder a través del acoso y derribo. A través de la máxima de Goebbels, “una mentira repetida mil veces, se convierte en una verdad”. Se ha hecho con el poder vendiendo un crecepelo falso. Vendiendo una cura milagrosa contra el cáncer y resulta que los efectos secundarios de dicha cura sólo producen metástasis; y para ser un partido neoliberal, no entienden eso de “si no le gusta, le devolvemos el dinero”. Es la mayor estafa de historia reciente de España, el mayor secuestro y nosotros los que padecemos el mayor síndrome de Estocolmo.
El PP no quiere a España. No quiere a los españoles. No quiere a la cultura española, ni a sus lenguas, ni su diversidad. En definitiva, no quiere a la nación Española. Le da igual lo que pasa a la sociedad mientras nos intentan explicar qué es el mar cuando nunca lo han visto. No saben qué es el paro, la pobreza, el hartazgo o la empatía. Sólo quiere al estado español, a esos organismos del estado, esa policía, esas fuerzas represivas, esas herramientas que usan para desangrar a la nación española. El gobierno sólo quiere, desde el estado, gobernar a la nación española, mandar sobre ella, dictarle el camino, someterla, subyugar a los más débiles, amordazarla y de paso darle unos azotes; y al parecer, a muchos les va ese rollo. A muchos les gustan esos azotes. Esa violación consentida.
Ningún partido neoliberal piensa en la nación cuando recuerdan a los profesores que dejan que en el patio del colegio el grande machaque al pequeño y luego castiga a éste por intentar rebelarse ya que el padre del grande invierte en el colegio. Cuando recuerdan a un granjero que deja entrar al lobo en su finca con sombrero de copa, monóculo y afilados colmillos a cambio de un diezmo de la cacería.
El Gobierno actual no quiere a la nación española igual que un maltratador no quiere a su pareja, de hecho, piensan igual “o mía o de nadie”. El PP es el maltratador que brinda con una copa de Champagne después de ver como su pareja escupe, arrastrándose por el suelo, los dientes que él mismo le ha partido y acto seguido le dice con media lágrima: “Lo he hecho por tu bien, yo te quiero”. Y así le hace creer que lo hace por su bien y que la culpa es de ella por vivir por encima de sus posibilidades.
Una minoría se enriquece mientras el gobierno ahoga al pueblo, exprimiéndole sin saber hasta dónde se puede exprimir una naranja para que el zumo se lo beban los chamanes del capital, como si nuestra sangre calmase la furia del abominable sistema capitalista, sin querer aceptar que nuestra sangre ya no le sacia. Sin querer aceptar que el sistema ya languidece y que pide la sangre de sus falsos profetas y no la de sus inocentes (o no) seguidores.
Pedimos transparencia a lo que ya es transparente: nos roban y se ríen de nosotros en nuestra cara y los escándalos no pasan a ser más que simples anécdotas. Más transparentes no pueden ser. Está claro que lo que están haciendo en esta legislatura es invertir en su futuro para perpetuarse en el poder. Después de todos los recortes que han hecho, es fácil saber quienes serán los que estén en el poder las próximas generaciones: sus hijos. Ninguna de las medidas que han tomado les afectan ni a ellos ni a sus hijos. Volverán a nacer ratones y los gatos ya estarán ahí. Y los ratones volverán a votar a los gatos esperando una ley favorable para ellos.
Dadle la llave de paso del agua del jardín a alguien alérgico a las flores, a la libertad, a la igualdad y a los colores y veréis qué pasa, veréis. La gente pidió un pollo asado y trajeron una paloma enferma en un cazo de metal con aguachirri y no sólo no le han devuelto el dinero, sino que nos están obligando a comérnosla y al parecer, a muchos también les gusta. A muchos todo esto le ha gustado, pero el malo soy yo por llamarles egoístas, cómplices, amorales o tontos.
¿Os acordáis de cuando el PP decía que todo lo que iba en su contra , incluso el aborto o la PAH, era o tenía algo que ver con ETA? ¿Por qué decían eso? ¿Se habían vuelto locos? ¿Son tontos? No, lo decían porque sabían perfectamente que iba a calar en gran parte de la sociedad. Esos mensajes iban perfectamente dirigidos a una parte de la sociedad que ellos saben que apenas tienen dos dedos de frente. No hay partido que llame tanto «tonto» a la gente como el PP. ¿Qué creéis que hacen cuando ven que les votan por decir, entre otras muchas cosas, que todo es ETA menos ellos? Sí, se parten el culo.
«Tienes que respetar a los votantes del PP» Llevo la semana entera pensando en esto, que tengo que respetar a los votantes de un partido imputado de la A a la Z, que se ha cargado los derechos fundamentales de todos los ciudadanos y que se empeña en no dividir los poderes del estado y controlar los medios públicos a su antojo, aparte de saquear las arcas públicas. Supongo que ningún partido les apoye también es una falta de respeto a los votantes del PP. Tengo que respetar a los…JAJAJAJAJAJAJA.
Respeto los resultados, pero aún soy libre de opinar. Aún.