Hay gente que dice que no es sano, pero me ventilo las mañanas de reparto escuchando RAC1. Sí, con el Jordi Basté, tío que ensambla su vocecita de bon paio con sus sibilinos comentarios racistas y matapobres. Luego empalmo con los enfants terribles de La Competència. Tras un año alternando RAC1 con Bachatea Barcelona ya he deducido el manual de estilo de esa radio, que creo que es el mismo que todo el Grupo Godó y la Generalitat de Catalunya. Se resumiría en decir cosas fascistas adornándolas de maquillaje antifascista.
1. Hablar de España como si fuera el centro del mundo. Por ejemplo, si Artur Mas dijo ayer que había que estar en la OTAN sí o sí, hacer comentarios como «son cosas que dan repelús pero que son necesarias, ya nos habremos librado de lo más importante», «yo estoy en contra pero es algo personal», etc. Siempre relativizando los posibles problemas que pudieran surgir en una Catalunya independiente, intentando no romper la ensoñación Disney.
2. Seleccionar sucesos en los cuales las víctimas siempre son catalanoparlantes y los verdugos son quinquis y poligoneros castellanoparlantes
3. El Barça.
4. Aparentar rebeldía. Ejemplo demoledor es que muchas veces entre ellos se chupan las pollas con comentarios del estilo «qué valiente eres al hacer ese comentario en esta casa», cuando suelen ser chorradas inofensivas, con el fin de dar una imagen de rebeldes, pero sin llegar nunca a la raíz del asunto. Es la vieja práctica del PRI mexicano, subvencionar a los intelectuales para que su crítica en lugar de debilitar el sistema, lo fortifique.
5. Decir ‘Madrit’ cuatro o cinco veces por minuto: los medios de ‘Madrit’, los jugadores del ‘Madrit’, etc, etc, generalmente intentando despertar la envidia y la mala vibra en los oyentes, escogiendo a figuras especialmente corruptas.
6. Nunca sacar reflejada una acción heroica o ejemplar de alguien que no sea catalán o extranjero.
7. Convergència no gobierna. Aunque parezca mentira, hacen crítica política como si el partido que gobierna no gobernara.
8. Estados Unidos. Están absolutamente obsesionados con Estados Unidos, con la música anglosajona, con las sitcoms anglosajonas. En este último apartado destaca la elección de Juego de Tronos, que sale hasta en la sopa como algo recurrente, prácticamente ya casi al nivel del Barça. Es significativa la elección de esta serie, por su enfoque frívolo de la política como un juego de intrigas, vaciándola de contenido; en la clásica tradición sofística.
9. Franco, parece mentira, pero Franco es eterno. Cada cierto rato, a pesar de ser treintañeros o cuarentañeros, hablan de Franco, pero como si Franco fueran los otros, no lo ven dentro de ellos, y hablan de él casi como si hubieran estado en la Guerra Civil. Que me gustaría saber a mí en que qué bando estaban sus antepasados.
10. El tonillo. Yo creo que esto podría ser punible penalmente, porque dependiendo si están a favor o en contra del comentario anterior ponen un tonillo emotivo lleno de ilusión o despectivo. En esto Jordi Basté es un maestro.