La última novela de Dave Eggers, publicada el año pasado en los EE.UU. y cuya traducción al español por Javier Calvo saldrá a la venta a mediados de octubre, fue recibida con entusiasmo tanto por la crítica como por el público. Se trata también del libro más accesible y universal hasta la fecha de este peculiar autor, que escribe y publica lo que quiere porque para eso tiene su propia editorial. Pero en esta ocasión lo publicado ha sido una distopia inquietantemente cercana a nuestra realidad sobre cómo Internet y sus posibilidades de comunicación y contacto con el mundo entero nos puede ir envolviendo en una nube de cordialidad y empatía tan irresistible que llegará a asfixiarnos y a acabar con nuestra personalidad. Nada nuevo en este planteamiento, que por cierto ya usara en 2007 el sublime Ben Elton, con toda la mala baba que le caracteriza, en su novela Blind Faith.  Lo más original de esta obra de Eggers es el tono nada apocalíptico de la narración, que comienza como una novela contemporánea de costumbres o incluso de literatura romántica (hay un hombre misterioso que ronda a la joven protagonista en la empresa en la que esta ha empezado a trabajar gracias a la recomendación de una buena amiga) para irnos revelando el cambio de rumbo que va tomando la vida de la protagonista sin que ella se llegue a dar mucha cuenta o realmente le importe demasiado.

La temática es perturbadora por lo reconocible de los comportamientos y reacciones de los personajes, poco hay en este libro que se salga de lo cotidiano excepto las consecuencias que serán brutalmente radicales. Sin embargo, a pesar de lo atractivo de la trama y de la ligereza narrativa con la que está escrita la novela, su lectura me dejó un poco decepcionada. No porque al libro le falte o le sobre algo, sino porque el tema en sí realmente no da para mucho más. En comparación, la novela anterior de Dave Eggers A Hollogram for the King me pareció muy superior en forma, contenido y estructura. Era esta una novela en la que realmente no pasaba nada en absoluto: acompañamos al protagonista mientras espera a ser recibido por el rey en Arabia Saudí para presentarle un proyecto de su empresa pero esa recepción irá siendo aplazada día tras día. Sin embargo esta nada, este vacío de los días en una tienda en el desierto y las noches en la habitación del hotel, acababa siendo mucho más significativa y nos revelaba bastante más del hombre moderno y la sociedad en la que vive que todos los diálogos que llenan las páginas de El Círculo, donde el afán de comunicarse y compartir alcanza niveles enfermizos sin que se llegue a transmitir apenas nada. Como ya dije antes, lo reconocible de la trama es lo más perturbador del libro.

Dave Eggers

Dave Eggers by Negra Tinta.

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