Irán es un país teocrático desde la revolución islámica de 1979. Desde occidente no pocas veces se le ha puesto en el eje del mal, apuntándole con la mirilla del francotirador, por, supuestamente, ser enemigo de occidente y querer acabar con las libertades, la justicia y la forma de vida de los países que forman dicho bloque. Es un país que en bastantes ocasiones ha dicho, a través de sus líderes, que Israel debía ser borrado del mapa, sin más tapujos y públicamente. Primero lo dijo el ayatolá Jomeini y, años después, el último ex presidente de Irán: Mahmud Ahmadineyad. Estamos hablando de un país que no reconoce al estado de Israel. Un país que incluso ha negado y ha sido sede de conferencias negacionistas del holocausto judío, diciendo cínicamente que todo fue una mentira para legitimar la creación del estado de Israel. Con estos antecedentes, cualquiera diría, sin ninguna duda, que Irán es un país antisemita. Cualquiera diría que un judío en Irán duraría menos que un caramelo en la puerta de un colegio, pero, paradójicamente, Irán es el país musulmán con más judíos y el segundo de la región sólo superado por el propio estado de Israel. De hecho según algunas estimaciones hay mas judíos en Irán que en España: casi 40.000.
Después de esta información, cualquiera pensará que están secuestrados o que son de otros países, pero es una comunidad que lleva más de 2.800 años en Persia. Desde hace tiempo Israel, como hace con los demás judíos en otras partes del mundo, ofrece dinero a familias judías de Irán, trabajo y casa para que se vayan a vivir a Israel, pero la gran mayoría de las familias judías persas lo han rechazado una y otra vez pese a estar hablando de nada más y nada menos de una vida casi resuelta: Casa, trabajo y 60.000 euros sólo por ir a vivir a Israel. Estos ofrecimientos de Israel son calificados de «insultantes» por la gran mayoría de los judíos de Irán.
El ayatolá Jomeini, líder espiritual de Irán y cabeza de la revolución iraní, supo diferenciar a los judíos iraníes de los judíos sionistas y les declaró la guerra sólo a estos últimos. Los judíos de Irán pasan desapercibidos, han aprendido a vivir sin hacer mucho ruido y, como ellos dicen «sin causar problemas. Si no causas problemas, ellos no te causarán problemas». Parece ser un lema de convivencia que tiene aprendida toda la comunidad, que, por otra parte, tiene sinagogas por toda Irán a la vista de todos, así como una carnicería de productos Kosher en la capital.
Pueden ir, y de hecho van, a Israel para visitar a familiares o de visita sin que nadie les diga nada, pero siempre vuelven a su casa de Irán pese a que, como he mencionado antes, tendrían la vida casi resuelta en Israel. Es una comunidad que se niega a marcharse de su tierra milenaria y que, por más ofertas que tengan, no piensan abandonar; así como tampoco piensan abandonar el judaísmo: El estado de Irán recompensa a todo judío que se convierta al islam. Es una comunidad que en algunas cosas está marginada, como lo podría estar un árabe en Israel, pero, aún así, no quieren abandonar su tierra y dicen que viven felices y que se sienten seguros; aunque por muy seguros y felices que digan vivir en Irán, no gustaron nada las palabras de Ahmadineyad, su presidente, negando el holocausto judío, como así lo dijo públicamente Maurice Motamed, representante de los judíos en el parlamento (junta islámica) iraní en el momento de las declaraciones: «Es lamentable ver cómo una tragedia tan horrible y de tantas repercusiones como el Holocausto es negada… Se trató de un insulto a todos los judíos del mundo» Pero eso tampoco rompe el amor que le profesa a Irán, como cuando dijo que los judíos que viven en la República Islámica no están en peligro y que todo es «una campaña de mentiras en contra de Irán y su comunidad judía».
Por su parte, Mareh Sedq, presidente de la comunidad judía, sostiene que «Tenemos la libertad de profesar nuestra religión y somos una de las comunidades más antiguas de Irán. El antisemitismo es un fenómeno de occidente, pero los judíos jamás estuvieron amenazados en Irán». Ambos líderes judíos firmaron un comunicado afirmando que pese a los «infantiles intentos por parte de elementos antiiraníes, sionistas e imperialistas», no se romperá la fuerte conexión de los judíos iraníes con su nación ni con “el sagrado gobierno de la República Islámica”.
Esperemos que no llegue el día en que Israel e Irán entren en guerra, porque sería una situación personal bastante difícil de afrontar.